Francisca Blázquez
Expone en el Espacio Francisca Blázquez durante todo el año 2007
La mirada angelical de
Francisca Blázquez y la espiritualidad de la geometría
La mirada angelical de Francisca Blázquez indaga en la pléyade de ángeles
que están con nosotros para ayudarnos en el cambio espiritual. Plasma
serafines, como el orden mayor de la jerarquía celestial. Son los ángeles
que aglutinan el amor, la luz y el fuego, que se encuentran al lado del
trono de Dios y interactúan de manera constante. Normalmente se les suele
representar con tres pares de alas que tapan sus caras, alas y pies.
Francisca los emplea como fundamento espiritual, como contacto con la
esencia profunda de la iluminación del cosmos. Asimismo, estudia a los
querubines, que son los guardianes de la gloria de Dios. Su nombre significa
plenitud de conocimiento o rebosante de sabiduría. Están dotados de una fina
y extremada inteligencia que les posibilita el conocimiento divino, tienen
dos pares de alas y aspecto humano. Mientras que los tronos son, a nivel
alegórico, las ruedas que conducen el carro de Dios.
Estas tres clases de ángeles son los más cercanos a la
divinidad, existiendo en una dinámica de espiritualidad y pureza, de seres
que son esencia iluminada.
Por otra parte las Dominaciones, Virtudes y Potestades
son los grandes guardianes del mundo, identificándose con vestimenta de
soldado y con una espada en la mano. La autora castellana multidisciplinar
no los representa con estas impedimentas, dado que prefiere espiritualizar
aún más su presencia y su forma, dado que determinados atributos pueden ser
distorsionadores.
Las Virtudes, portadoras de la gracia y el valor,
trabajan para que se cumplan los milagros en la tierra. Las Potestades son
muy parecidas a las Virtudes y junto a ellas gobiernan las estrellas y los
elementos de la naturaleza.
Los seres celestiales más próximos al ser humano son
los Principados, arcángeles y ángeles. Son los encargados de guiar a los
seres humanos hacia Él. En determinadas representaciones aparecen vestidos
como guerreros o diáconos, sosteniendo una flor de lis.
Por su parte los arcángeles, los más representados junto con los
ángeles por la autora madrileña de más de 8.000 obras, con 70 individuales y
más de 300 exposiciones colectivas, son los que lucharon contra el demonio.
Finalmente podemos constatar la presencia de los ángeles, que forman parte
del grado inferior pues son los que están más cerca de los seres humanos y
el mundo.
La mirada angelical de Francisca Blázquez comprende no
solo las diferentes aportaciones angelicales, sino también la necesidad de
mostrar al mundo su voluntad de ir más allá de las formulaciones
geométricas, distanciándose tanto de constructivistas como de los creadores
de arte concreto. Todo ello para ser depositaria de una voluntad espiritual
clara en la que lo fundamental es la existencia de la pureza de espíritu, de
seres iluminados que trabajan dentro un complejo contexto en el que la forma
es el camino y la esencia deriva de la luz.
La autora madrileña a trabajado de manera constante
con las diferentes jerarquías, en el sentido de
saber y entender que todas están interconectadas, en el aspecto espiritual,
porque la forma es materia pero también espíritu. Sus formas viajan hacia
los prolegómenos del amor, allí donde la bondad gobierna y la esencia se
manifiesta.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte