Francisca Blázquez
Del 14 de febrero al 17 de abril en Espacio Ana López de
calle Concha Espina
Francisca Blázquez y su vitalidad de la belleza ardiente
La obra geométrica de Francisca Blázquez se basa en la dinámica intensa
cromática, expresión de su vitalismo inherente a su esencia más interior.
Dinámica, vibrante, su obra, bien construida, espléndidamente
posicionada, surgida de su mente fantástica, de su imaginación desbordante y
de su inspiración constante, se fundamenta en captar la belleza de todo lo
existente a partir de un impulso vital trascendente.
Su vitalismo está unido a su idea de lo trascendente,
es decir que cree en la armonía de lo material y espiritual, siendo una
creadora multidisciplinar muy prolífica.
En su exposición del Espacio Ana López parte de la
serie Forma y Color, especialmente la colección de obras realizadas en
acrílico sobre tela, en blanco y negro, elegantes y bellas, donde se plantea
la incidencia de la luz y la dinámica de la forma en una diversidad de
espacios. Después, el grueso de su producción se decanta por el
Dimensionalismo, dominando fantásticas combinaciones de formas, haces
lumínicos, presencia de ángeles y arcángeles, además de una obra dedicada a
Dalí, titulada: ‘Newton-Dalí, Realidades Paralelas’. Se trata de una cuidada
selección de parte de su producción, realizada en los últimos diez años, en
la que destaca su buen hacer, sus espectaculares formas, sus mundos
inventados, la presencia de haces de luz, que van más allá de la anécdota,
de los detalles que se encuentran en el entresijo de la propia voluntad de
cambio.
El cambio es sinónimo de energía lumínica, porque lo
hierático significa materia inerte, es decir por la que no circula
posibilidad de transmutación.
El equilibrio y la armonía se entrecruzan,
permitiéndole expresarse a través de formas geométricas espectaculares, unas
producto de auténticos escenarios de ciencia ficción, mientras que otras son
consecuencia de su actitud inherente a su interior místico.
Es una mística contemporánea, que no renuncia a la
física cuántica, tampoco a la experimentación científica universal, porque
considera que el arte es belleza, y esa forma parte de la espiritualidad.
Hoy, en el que el mercado del arte se deja cautivar
por los cantos de sirena de la creación social o bien por el show y la
facilidad en llamar la atención empleando lo inusual, Francisca Blázquez
pertenece a la raza de artistas plásticos que con la belleza como bandera,
es fiel a su tiempo, viaja a través de las dimensiones y concede al mundo
una sabiduría importante que le permite ser porque la intercomunicación de
espejos se autorregula con inigualable firmeza.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte